Temimos rodar en el placer de lo innombrable,
en el anonimato y el monólogo,
temimos a las horas con puñales
y a esos momentos de crisálidas y auroras .
Temimos al drama y a la comedia del día,
temimos a esos besos sin alientos y a esta ciudad
en su propio dolor de ramera,
temimos que el alba no nos levantara jamas del sueño
y que el día borrara nuestra sombra en el asfalto.
Temimos a la palabra que no se dijo
y a esas miradas que nunca olvidamos,
temimos comprender que la vida es cruel
y es por eso que hoy
no nos sentimos tan culpables.
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