domingo, 5 de junio de 2011

NOCHE DE UNA ETERNIDAD

Fétidas distancias desembocan en la noche 
y voces bifurcadas transgreden el abismo...

Mis ojos miran al cielo,
indudablemente
sueño con un mundo lejano
de nunca repetir lo mismo.
Confinado 
arrojo mis crisálidas 
al destino, 
 robando un gesto a las cosas,  
  cantando al limbo de las sombras.

Desarticulado en un silencio vino, 
anónimo
y rebozado  en el gozo 
de no sentirme aveces humano
le niego al viento mi aliento 
para divisar la línea imaginaria 
que me separa de este mundo y el otro. 

Soy un paréntesis en la eternidad 
arrojando a los mares inmemoriales.  

Soy un eco del abismo,
un derrumbe de luz,
tamizando en la oscuridad 
del silencio,
una saeta disparada al infinito,
 una rutina de versos.

Soy una llama
llamada a fundirse con la nada,
un loco que balbucea 
en su jardín de letras, 
un insurrecto de las sombras,
un espíritu encastrado 
en su limbo de lunas y palabras,
un instante hecho eterno entre paredes, 
un hollejo de metáfora, 
masticándose en la dulzura de su silencio.

La noche:
cruz arrinconada de los deseos 
vibra en los espejos
y finge una alegría  
de páramo abandonado...

En la oquedad,
vuelan cuervos de lágrimas,
cantos, sueños y esperanzas.

En el sonoro hueco de la noche
 se oye la voz 
 que nunca medirá 
el vago y ruidoso reposo
 del olvido... 







No hay comentarios:

Publicar un comentario