No nos sabe el tiempo
cuando estamos solos.
devenir de sueños entre cristales,
cuando estamos solos. Es sólo arrullo de manos
entre caricias,
ausencias de espejos,
reflejándose en lunas tardías, sobra recogida por un
gesto estrujado.
No nos sabe el tiempo
cuando estamos solos.
Es sólo arrojo de río desbordado,
devenir de sueños entre cristales, oasis de sangre
de la la sed y el hambre.
No nos sabe el tiempo
sin pasos paseados.
Es sólo sombra dura
que recorre caminos
agitados...
No nos sabe el tiempo cuando ajenos a tus palabras nos refugiamos en el eco del aire en nuestras propias manos... Que hermosura Nahuel!! Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGRACIAS AMIGA MARÍA POR TUS COMENTARIOS SIEMPRE NACERTADOS, SALUDOS
ResponderEliminar